La brisa del mar acariciaba el ambiente ,la luna se posaba en la oscura noche de octubre.
Una fiebre de pasión les inundaba el alma. Sus cuerpos desnudos yacían intactos, como ansiando el momento.
Comenzaron a besarse, acariciando sus labios con bellas flores de dulces perfumes y suaves texturas. Se perdieron en raros sentimientos de amor, pasión, placer, ternura. Todos ellos confundidos en un solo lugar, un solo momento. Ese momento, en el cual dos cuerpos se fundían en uno. Se deseaban, se pedían.
El ruido del mar se mezclaba con leves gemidos y respiraciones aceleradas.
El ambiente se colmaba de aromas inconfundibles. Aromas de dos jóvenes amándose a orillas del mar bajo la luz de la luna.